Toponimio Amescoa

La intención de estas breves líneas es el acercamiento al conocimiento del lugar que dio origen al apellido Améscoa o Améscua.

En Navarra, en la Merindad de Estella existe una depresión alargada del Oeste al Este en el sentido de las grandes estructuras geológicas situada al pie de la cornisa meridional de la Sierra Urbasa, conocida como Améscoa.

El río Biarra o Uyarra corre en dirección Oeste-Este, paralelo a los ejes de las Sierras de Urbasa y Lóquiz, desde su nacimiento al Oeste en Contrasta, Alava. Otro río conocido que pasa por el valle es el Urederra.

Si se exceptúa algún islote bioclimaticamente mediterráneo que hay en el centro del valle y las cumbres de las montañas del Norte y Noreste, que son atlánticas, casi todo el territorio es submediterráneo. Es uno de los valles navarros con mayor porcentaje de bosques con una superficie del 65.6% , un 16% corresponde a pastos y matorrales, un 15,1% son tierras de cultivo y un 3,3% a lo improductivo. Las especies forestales dominantes son el quejigo, diversos tipos de robles de hoja pequeña y más o menos marcescentes, y el haya, de acuerdo con las condiciones topoclimáticas del territorio.
El corónimo, desde el actual valle de Améscoa Baja - la Améscoa originaria o vieja, "Améscoazarra"- se extendió también en el siglo XVI al denominado hasta entonces valle de Arana. De aquí el plural de Améscoas.
La dedicación económica de ambas Améscoas es semejante. El maíz y la patata pudieron introducirse al comienzos del siglo XIX. El lino fue un producto importante hasta comienzos del XX, en que empezó a desaparecer la industria autóctona de filaturas y telares. El usufructo del monte común que les concediera Carlos III el Noble en 1412, y confirmado por el virrey duque de San Germán en 1665, constituye en estos siglos una base de su producción ganadera.
Los abades de las iglesias de las Améscoas eran elegidos por los vecinos, quienes designaban asimismo los mayordomos de la fábrica de las iglesias, encargados de la administración de las primicias, que se dedicaban precisamente al culto y mantenimiento de los edificios.
Una de las principales figuras del valle fue el beato Esteban de Zudaire. De Zudaire proceden también los linajes de los Améscoas, Eulate, Alvarez de Eulate y Baquedano. Las diferencias estamentales se cuidaban con fuerza, Hidalgos y pecheros tenían sus respectivas justicias y se reunían independientemente para adoptar sus decisiones cediendo los segundos a los primeros los asientos preferentes en las reuniones conjuntas.
Por su situación especialmente recóndita, Las Améscoas fueron importante refugio de los carlistas (tradicionalistas), especialmente en la guerra de 1833-1839. El general carlista Zumalacárregui instaló en las Améscoas hospitales y una fábrica de pólvora. De ahí que el general cristino (Liberal), intentase expugnarlas en 1835, siendo derrotado en la conocida batalla de las Améscoas.
Las Améscoas se reparten administrativamente en cuatro municipios: Larraona, Aranache, Eulate los tres en la Améscoa Alta y Améscoa Baja municipio de categoría administrativa, compuesto por los lugares de Artaza, Baquedano, Baríndano, Ecala, Gollano, San Martín, Zudaire (capital del municipio) y el caserio de Urra.

Foto aérea del Valle de Amescua y de Aranarache Tierra de Estella.

[1] "GRAN ENCICLOPEDIA NAVARRA". José ANDRÉS GALLEGO y Alfredo FLORISTÁN SAMANES. Tomo I. Págs:278-284. Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona 1990.

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